martes, 15 de octubre de 2013

El infierno o la gloria


Durante el año 2004 hubo en la 2 de Televisión Española, antes de la era digital, un programa que llevaba por título Cine Club que apostaba por los clásicos vistos en Versión Original Subtitulada (VOS). El programa, creo, que estaba en antena los domingos por la noche y de esa temporada pude ver y grabar en mi VHS algunas muy buenas películas como Psicosis, La Dama de Shangai o Murieron con las botas puestas. De algunas de ellas ya hice una entrada titulada El Irlandés Negro, tras verla a inicios del pasado 2012. Ahora le ha tocado el turno a Murieron con las botas puestas que en inglés se llamaba They Died with Their Boots On.

Se trata de una película de 1941 dirigida por Raoul Walsh para la Warner Brothers Pictures – quien la distribuyó- , producida por Hal B. Wallis y Robert Fellows en la que invirtieron un millón trescientos cincuenta y siete mil dólares. La película se basa en el guión escrito a la par por Æneas Mackenzie y Wally Kline. La música , que requiere un estudio aparte es de Max Steiner. De la fotografía en blanco y negro se encargó Bert Glennon y del montaje William Holmes. Se estrenó en Nueva York el 21de noviembre de 1941.

La película está interpretada por Errol Flynn (George Armstrong Custer) y Olivia de Havilland (Elizabeth Bacon Custer) en los principales papeles. Murieron con las botas puestas fue la octava y última película de la colaboración entre Errol Flynn y Olivia de Havilland. A estos se les unió toda una pléyade de grandes secundarios encabezados por Arthur Kennedy como Ned Sharp, Charley Grapewin como California Joe, Gene Lockhart como Samuel Bacon – el padre de Elizabeth-, Anthony Quinn como Caballo Loco o Crazy Horse, Stanley Ridges como el Mayor Romulus Taipe, John Litel como el General Phillip Sheridan, Walter Hampden como William Sharp- padre de Ned- , Sydney Greenstreet- el gran actor malvado del El Halcón Maltés- como Lt. Gen. Winfield Scott, Regis Toomey como Fitzhugh Lee, Hattie McDaniel como Callie, Minor Watson como el Senador Smith y Joseph Crehan como el Presidente Ulysses S. Grant. 

La historia lógicamente se centra en la mitificada vida del General George Armstrong Custer narrada como un relato novelada de su vida, desde el momento en que entra academia militar de West Point, a través de la Guerra Civil Americana, y hasta su muerte en Little Big Horn. A pesar de sus inexactitudes históricas, la película fue una de las películas más taquilleras del año. Al igual que ocurrió con gran parte de las películas clásicas y trascendentes del cine norteamericano está película fue coloreada digitalmente a principios de 1990, tal y como ocurrió con la película anterior de Flynn que llevaba por título Sea Hawk (El halcón de los Mares), Esta versión fue lanzada en una cinta VHS en 1998. 

Se inicia cuando el joven Custer (Errol Flynn) entra en West Point vestido como un petimetre, con un traje diseñado por él mismo, imitando a su adorado Murat en su estilo, llega en burro a la Academia lleno de arrogancia y vanidad.. Al llegar a la Academia militar de Westpoint, vive sus primeros incidentes con sus compañeros, instructores y superiores. Es un elemento perturbador. Después de ser casi expulsado de West Point tras responder con una agresión a una broma gastada por el cadete Sharp, finalmente, se inscribe como un cadete. 
Como tal acumula todo tipo de deméritos por sus bromas , su indisciplina y por su desprecio a las reglas. Como elementos a su favor es el primero en esgrima y equitación, pero distraído en los demás estudios. Sin embargo, su situación poco esperanzadora y la de su país cambia cuando gana las elecciones Abraham Lincoln y , más tarde, comienza la Guerra de Secesión. 
Impresionante la muy memorable, exquisita y educada ceremonia con la que los caballeros del sur se retiran de West Point con una salida digna de los soldados del sur matriculados en la Academia comandados por el general Robert Lee, bajo los primeros compases de Dixie y el reconocimiento de sus compañeros, especialmente de Sherindan.

En uno de sus castigos conocería a la que sería su esposa, Elizabeth Bacon. En el castigo, no se le permite hablar, pero se le acerca Libby que está buscando la dirección de la Casa de Sherindan, amigo de su padre. Tan pronto como su castigo termina, corre tras ella, y le dice que va a reunirse con ella en el porche por la noche. Sin embargo, y debido a sus órdenes para viajar a Washington, Custer no se encuentra con ella. 

Las promociones de oficiales se aceleran y Custer llega a graduarse, marchando a Washington. Una vez en Washington, Custer se hace amigo de general Winfield Scott (Sydney Greenstreet ) que le ayuda gracias ala casualidad y a una crema de cebollas a ser colocado con el Segundo de Caballería . Aunque no tiene caballo se lo roba a Taipe, el auxiliar de Scott y se marcha al frente. Se convierte en un héroe de guerra al ser caso omiso de las órdenes de sus superiores en una batalla crucial y defender con éxito un puente para la infantería de cruzar. Él recibe una medalla mientras se recuperaba en el hospital después de un tiro en el hombro, aunque no ha cumplido las órdenes y se ha enfrentado, más bien agredido a Sharp. 
Luego marcha a su casa de Monroe, Michigan. Allí vuelve a ver a Libby de nuevo, cosa que irrita a su padre , que había sido blanco de sus bromas en un bar de su propiedad, horas antes.

Esa misma noche tras un nuevo encuentro nocturno propiciado por Callie (Hattie McDaniel) la sirviente negra de los Bacon tienen que volver a su regimiento. Debido a una falta de comunicación con el departamento de guerra, a la fortuna y a un error administrativo, es ascendido al rango de General de Brigada . 

Toma el mando de la brigada de Michigan en la batalla de Gettysburg, consigue derrotar al general Stuart en el marco de la batalla, y tras muchas victorias lo llevan hasta el final en Appomattox . 

Tras eso regresa a Monroe como héroe de guerra y nada más bajarse se casa, ante la sorpresa, pero también el beneplácito de su padre. Tras su casamiento con Libby el general Custer se establece en una casa y recibe alguna oferta para publicitarse en favor de las empresas de la familia Sharp. Sin embargo , Custer se niega. Aburrido de la vida civil y sin posibilidad de tener destino Custer se desespera. Acabada la guerra, el héroe acusa la falta de acción de la vida civil y según su mujer se abandona a la bebida. Sabiendo que la inactividad estaba destrozando a su marido, Elizabeth usa sus influencias va a Washington y consigue entrevistarse con su “tío” el general Sheridan como con general Winfield Scott para que le entreguen un mando del Séptimo de Caballería a Custer saltando cincuenta personas en el escalafón. 

Nada más recibir la carta – su mujer se hace la sorprendida- acuerdan marcharse a Ford con lo que él se siente agraciado, mientras que ella abandonará todas las comodidades del su casa, incluyendo a su criada Callie. Aquí comienza otra película. Descubrimos que las llanuras son diferentes al Oeste. Custer y Libby llegan al territorio de Dakota y con California Joe dirigiendo un carromato, vemos que aquí la vida es más dura y que los enemigos son la dejadez, la inactividad y los indios. De hecho, mientras Libby habla con California Joe y con su marido aparecen los Sioux. Uno de sus líderes, Caballo Loco, intenta robarle los caballos , pero es detenido por Custer. 
El jefe indio detecta la honestidad del militar y se fía de su palabra. Irá , junto con la expedición a Ford. Al llegar al Fuerte Lincoln , Custer descubre que el Séptimo de Caballería es un regimiento desastroso que teóricamente vigila la frontera india, pero que realmente se parapeta en el mismo. Desde el principio Custer se propone transformarlo en el orgullo de los ejércitos de la Unión. 
Lo primero que hace ante tanto borracho es prohibir en el interior la venta de alcohol y la venta de armas sobrantes de la guerra civil a los indios. Cuando da la orden de su prohibición descubre que el gran beneficiario de la venta es su viejo enemigo de West Point, Ned Sharp (Arthur Kennedy). Se enfrentan ambos reavivando viejas disputas. 
Furioso, Custer cierra la barra del bar y enseña a sus tropas una canción, " Garry Owen " , - al reencontrarse con su amigo el británico Butcher- que llevará la fama al Séptimo de caballería . Igualmente Custer cumple su promesa de enseñar a sus hombres " para resistir y morir con las botas puestas ". Sus dotes de mando y su valor no pasan inadvertidos entre sus enemigos, los sioux de Dakota encabezados por Crazy Horse (Anthony Quinn) o Caballo Loco – que durante la discusión con Sharp huye de la celda del fuerte- empezarán a valorarlo y le dan el sobrenombre de "Cabello Largo". 
Crazy Horse quiere la paz , pero quiere un tratado para proteger las Black Hills. Tras una brillante campaña Custer y Washington firman un tratado de paz entre los Estados Unidos y los sioux, que se retiran de las tierras que ocupaban exceptuando sus montañas sagradas. Sin embargo, algunos individuos no satisfechos con el tratado intrigan para alejar a Custer de su regimiento, provocándole fácilmente.

El nuevo tratado supone la bancarrota a los puestos comerciales de Sharp así que la familia Sharp así como el nuevo Comisionado por el Senado de los Estados Unidos, Taipe, difunden el rumor del descubrimiento de ricos yacimientos de oro en el área, para atraer a los nuevos colonos a las Black Hills . Custer y sus tropas no permitirá ninguna infracción del tratado. 

Se da a conocer que un alto funcionario visitará el Fuerte Lincoln, Custer desconoce que se trata de Taipe. Custer convencido de que los soldados cumplirán rigurosamente sus órdenes. Sin embargo, no sabe que Sharp ha ofrecido a cada uno de los soldados una botella de licor justo antes del desfiles. El desfile es una vergüenza. Custer se da cuenta que los Sharp se han conchabado con el Comisionado Taipe. Custer golpea a Taipe en ataque de ira y es relevado de su mando y se le abre un consejo de guerra. 
En el tren, Custer escucha a Libby que escuchó a la mujer de Sharp se deseo de iniciar falsamente una fiebre del oro en las Black Hills , un plan que dar mucho dinero y negocios a la familia Sharp . Indignado, Custer lleva la información al Congreso de los EE.UU., pero los congresistas no le creen. Custer advierte a su gobierno de lo que iba a suceder en territorio indio, pero entre políticos, abogados y periodistas le silencian.
Cuando llegan noticias de que la presencia de los mineros del oro ha llevado a un conflicto abierto entre los nativos americanos y las tropas estadounidenses, Custer apela al presidente Ulysses S. Grant, militar como él, quien le restaura en el mando de su regimiento, el Séptimo de Caballería. 

En el día de "La última batalla de Custer " Custer se da cuenta de que un grupo de infantería marchará hacia el valle , donde miles de indígenas americanos están dispuestos a luchar contra ellos . Sabiendo que la ciudad de Bismarck va a ser arrasado por los indios y la infantería aniquilada si él no lo impide, se despide con un lloroso adiós a Libby y decide sacrificarse para evitar la catástrofe.

Sale como avanzadilla del general Terry con todo su regimiento en una expedición para capturar a los sioux que se han aliado con los cheyenes y otros pueblos. Custer conduce su batallón en la batalla para salvar a la infantería. Se adentra en territorio enemigo y llega a Little Big Horn, donde los seiscientos hombres del 7.º Regimiento de Caballería son rodeados por seis mil indios, y tras una encarnizada lucha su regimiento es aniquilado completamente incluyendo a Custer- finalmente derribado por un disparo de Crazy Horse - , Butcher y Sharp, quien había optado por viajar con el regimiento , como Custer dice, "El infierno o la gloria ..” Todos mueren. 

La película acaba cuando Libby se persona ante el general Sheridan y ante el mismo manifiesta con orgullo el valor de su marido. 

La película sigue la vida de George Armstrong Custer ( Errol Flynn ), incluyendo su asistencia a la Academia Militar de West Point, su cortejo de Elizabeth " Libby " Bacon ( Olivia de Havilland ), quien se convierte en su amante esposa , y su participación en la guerra civil americana y la batalla de Little Big Horn. El film se había concebido para reeditar el éxito de “La carga de la brigada ligera” (Curtiz, 1936). Es por ello por lo que la Warner contrata a la misma pareja protagonista y al mismo director, Michael Curtiz, que es finalmente sustituido por Walsh a instancias del caprichoso Errol Flynn con el rodó este primer filme de los siete que realizó con el actor australiano. En septiembre de 1941, durante el rodaje, Flynn se derrumbó de agotamiento.

Un año antes de esta producción la Warner Brothers produjo un Western llamado Camino de Santa Fe donde trabajaba Errol Flynn y aparecía el general Custer, por lo que , a veces, se confunde esta película con la otra. Sin embargo aquí el papel de Custer lo interpretaba Ronald Reagan, mientras que Flynn hacía el papel de Jeb Stuart, que luego sería el enemigo de Custer. Curiosamente también aparecía Olivia de Havilland como actriz principal y compañera de Errol Flynn. 

Miguel Ángel Palomo dijo de ella en el Diario El País que estábamos ante un "Mítico filme, narración apasionada que alterna con excelente habilidad dramáticas secuencias espectaculares con momentos intimistas, exponente de una manera de entender el cine ya desaparecida".
Se rodó durante los meses de verano de 1941 en exteriores de las localidades californianas de Pasadena (Busch Gardens y Midwick Country Club), Los Ángeles (Iverson Ranch y West Hills) y Calabazas (Warner Ranch) y en los platós de Warner Studios. A pesar de todo los cineastas tenían la esperanza de rodar la secuencia culminante, la final, cerca del lugar de la batalla real de Little Bighorn (Montana, 1876). Debido a la programación y a las limitaciones del presupuesto, sin embargo, el final de la película fue relegado a una zona rural en las afueras de Los Ángeles. De esta economía de medios puede deberse las elipsis en la narrativa de las batallas de la caballería en donde destaca el artificio de batallas con cargas de caballería en la primera parte, en las que no se ve una sola batalla, ni siquiera al enemigo. Con caballos cargando, “la carga ha sido rechazada”, nos dicen los oficiales en su despacho mientras leen los informes. Crazy Horse, interpretado por Anthony Quinn, es el único indio individualizado en la escena y representa al indio cuyo estilo de vida está llegando a su fin. Sólo 16 de los extras eran indios Sioux. El resto del ejército americano nativo eran extras en su mayoría filipinos. Dos extras murieron durante el rodaje de la secuencia. Un jinete inexperto, George Murphy, murió al caer de su caballo, al parecer en estado de ebriedad. Un segundo extra, Jack Budlong, cayó de su caballo y fue fatalmente herido por la propia espada. 

La partitura fue compuesta por Max Steiner. Se adaptó la canción favorita de George Armstrong Custer, "Garry Owen", en la partitura. Custer escuchó por primera vez la canción de los soldados irlandeses. En la película, él lo escucha a través de un soldado inglés en Monroe. 
La música de Max Steiner aporta una partitura llena de épica, de tono romántico y dramático, que alcanza su punto culminante tanto en el lirismo exquisito del tema romántico, como en el épico audible en la batalla final, donde la alternancia de la famosa canción del Séptimo de Caballería "Garry Owen" con los temas indios, adquiere matices de tragedia épica, durante la que se intercalan evocaciones sonoras de melodías indias y fragmentos de la canción militar tradicional de origen irlandés “Garry Owen”, adoptada como himno oficioso del 7º de Caballería. Ésta suena, además, sobre los títulos de crédito iniciales y finales y la cantan a coro en el Saloon de Monroe. Steiner añade otras canciones de época, como “I Wish I Was In Dixie’s Land”, “When Johnny Comes Marching Home”, “Taps”, la marcha nupcial de Mendelsshon y otras. 

La fotografía, de Bert Glennon, en Blanco y Negro, un colaborador de John Ford, se beneficia del uso de cámaras móviles en el campo de batalla que permiten la captación de detalles, crea composiciones de excelente dibujo y ofrece vibrantes perspectivas generales. 

La batalla final, bien filmada y muy bien montada, reúne a más de mil extras. Murieron con las botas puestas recaudó 2.550.000 dólar por la Warner Bros doblando lo invertido en la misma. Pictures en 1941, convirtiéndolo en el segundo mayor éxito del estudio de ese año. 

El año es importante, pues está producida en circunstancias marcadas por la inminencia de la participación de EEUU en la Segunda Guerra Mundial,  la cinta se afana en construir un relato de fuertes resonancias emocionales con mitificación del espíritu castrense o guerrero y al patriotismo. Un excelente film en el se nos da una idealizada biografía del general George Amstrong Custer, pero que a pesar de la manipulación de los hechos reales de la historia, con objeto de mitificar la figura del General, que posteriormente otros cineastas se encargarían de desmitificar (Arthur Penn con "Litle Big Man" en 1970 y Robert Siodmak con "Custer of the West" en 1968), a cargo de una magistral dirección de Raoul Walsh en su primera colaboración con Errol Flynn. 

De cualquier manera señalaba Terenci Moix en su Volumen II de la Historia del Cine publicada por Blanco y Negro que la verdad histórica nunca importó mucho a los guionistas de la Warner, sierre en busca de una excelente aventura a cualquier precio. Con todo la verdad tiene poco que ver con la realmente importante de la película: el empaque y la grandeza se una acción arrolladora en manos de un talentoso director como Raoul Walsh.

A pesar de ser considerada un western, hay en ella más géneros que van desde la comedia – de manifiesto en la que Flynn y Callie (Hattie McDaniel) se llevan la palma- , al drama intimista- visible en la despedida entre Errol Flynn y Olivia de Havilland-, o de la aventura al cine bélico o al drama épico. Destaca la excepcional interpretación de todo el reparto, rodada en la época dorada de la Warner, en el que tenemos que hacer especialmente una mención a Errol Flynn que da a Custer toda su apostura, dinamismo y simpatía y a Olivia de Havilland en su última colaboración con Flynn, que compone un tierno y valeroso personaje interpretando a Beth, la hermosa, valiente y leal compañera de Custer, pasando por los efectivos Arthur Kennedy y Anthony Quinn en papeles secundarios, pero determinantes en el desarrollo del film.

A lo largo de la película vemos que el realizador Raoul Walsh homenajea en varios momentos, especialmente en el ataque confederado al puente a su maestro David W. Griffith del que fue asistente este director neoyorkino. La película transmite una emoción y una viveza increíbles, con un ritmo que no decae en ningún momento (en dos horas y veinte minutos), es lo que llaman los americanos una película física repleta de secuencias épicas, pero no exentas de lirismo como la despedida de George y Beth, en la que se mezclan dolor y entereza, presentimientos y certezas, sinceridad y ocultación. Ella no puede más. "Que felices hemos sido paseando juntos por la vida" le dice a ella. Se marcha. Olivia se apoya en la pared, se queda sola, y la cámara se aleja y entonces ella... se derrumba para dar paso la cámara a un fundido emocionante.


He leído que la historia se divide en cuatro partes: la estancia en la academia militar, la participación en la guerra civil, su regreso a la ciudad natal (Monroe o New Rumley, Ohio) desde donde lucha contra oportunistas y ventajistas sin escrúpulos y, finalmente, la reincorporación al servicio activo en el Ejército como comandante de Fort Lincoln. Walsh introduce en el guión las modificaciones necesarias para mostrar la incapacidad de adaptación del personaje a la vida civil, después de la Guerra de Secesión, y su progresiva caída en el infierno del alcoholismo. 
Aporta, además, la idea de que en el interior del espíritu del protagonista se produce una colisión, áspera y dolorosa, entre sus ideales castrenses y el reconocimiento de que los indios son los que tienen la razón. Dota de ese modo al protagonista de una impresionante intensidad trágica. 
A renglón seguido, Walsh formula un alegato a favor de los indios, que reitera y subraya en varios pasajes del relato. Los malos de la historia no son los indios, sino los políticos oportunistas, los comerciantes ventajistas y los vendedores de armas sin escrúpulos, todos ellos de raza blanca. 
Custer no se lanza a la batalla en un acto de irresponsabilidad y locura, sino en un gesto de autoinmolación y de sacrificio supremo. Se ha tachado a ese otro tuerto de Hollywood que es Raoul Walsh como un director de cine de aventuras, y lo fue, además, de manera magistral. 

También me ha resultado curioso los potentes diálogos con frase como las siguientes: “Ningún hombre de este regimiento tomará un trago si antes no lo hago yo” dicha por Custer en el bar cuando ve como la tropa de su Séptimo de Caballería está hasta las trancas de bebida prohibiéndola desde ese momento; la que suelta Butcher, el que le mostró la canción de Garry Owen, cuando le pide que lleve un mensaje para salvar la vida y les contesta a Custer:  “Qué se creen ustedes los yankees, los únicos verdaderos americanos que hay aquí son los que están al otro lado de la colina con plumas en la cabeza” o la que le dedica a Beth  o Libby en su último encuentro: “Pasear a su lado por la vida, fue muy agradable, señora”. Como vemos, activo, amigable y romántico todo un compendio para un buen filme.

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