miércoles, 2 de enero de 2013

Cuando era un niño


Guardo todavía en mi memoria aquellas palabras que soltó un presentador de un telediario – posiblemente fuese Pedro Macia, fallecido el pasado año- que como una sentencia fue dictada para mí de forma indeleble quedando como un recuerdo imborrable: “Saigón ha caído”. Las imágenes que contextualizaban la noticia eran las de un helicóptero que partía del techo de la embajada norteamericana en la capital de por aquel entonces país llamado Vietnann del Sur. Realmente la noticia fue el punto y final de otras que durante la comida o la cena- más bien esta última- se iban desgranando desde hacía un tiempo en los telediarios y periódicos – en mi cas leíamos el Córdoba- de las semanas previas a la caída de la ciudad. Realmente este fue el primer contacto con la guerra de Vietnann, con esa primera derrota del Ejército norteamericano en una guerra. Después llegó el cine que nos acercó lo que había sido la guerra hasta nuestros hogares. Unas más impactantes (Platoon, El Cazador, La Chaqueta Metálica,…), otras puede que menos (Boinas Verdes, Good morning Vietnann,…). Incluso una serie tan de los ochenta como “Aquellos maravillosos años” se iniciaba, aún lo recuerdo, con la muerte del hermano del niño protagonista. Hubo más referencias a la guerra de Vietnann pero la que me ha motivado a escribir esto fue la película que he visto casualmente dos veces estas vacaciones navideñas, en dos canales diferentes de televisión, el de la Paramount Channel y 13Tv. Y es que la película en cuestión, Cuando éramos soldados, se deja ver. 
El título original de la misma era We Were Soldiers , pero he leído en la Wiki que recibió otros títulos en Argentina (Fuimos soldados) y en México (Fuimos héroes). Como he avanzado anteriormente se trata de una película bélica norteamericana estrenada en el año 2002, y que pasó con más pena que gloria por pantallas de cine y por la prensa, pues no recuerda casi mención alguna. En ella se dramatiza la primera intervención directa del Ejército de los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam contra el Ejército de Vietnam del Norte, el Viet Cong, en la Batalla del valle de la Drang, que tuvo lugar en noviembre de 1965. 
La película fue dirigida por Randall Wallace e intervienen en ella los productores Arne L. Schmidt, Jim Lemley, Bruce Davey , Stephen McEveety y el propio director Randall Wallace que están en representación de la Paramount Pictures (USA) – quien también la distribuye- y la productora vinculada con Mel Gibson, la Icon Entertainment (Internacional). Se estima que invirtieron un total de 75,000,000 de dólares USA ($)y recaudó unos 78 millones en los Estados Unidos, unos pobres resultados muy por debajo de las expectativas. La película se basa en el libro We Were Soldiers Once ... And Young escrito conjuntamente por dos de los protagonistas reales de la batalla y de la película , el teniente general Harold Gregory "Hal" Moore, Jr. – en aquel momento Coronel- y el periodista Joseph L. Galloway, ambos presentes en la batalla. El guión de la misma lo firma igualmente el director Randall Wallace, que había sido guionista igualmente de "Braveheart" (1995) y "Pearl Harbor" (2001). 
De otras cuestiones técnicas de la película se dedicaron Nick Glennie-Smith creador de la música. La fotografía labor de Sean Semler. El montaje, realmente bueno, estuvo en manos de William Hoy, mientras que el diseño de producción recayó en Thomas E. Sanders. La dirección artística estuvo en manos de Daniel T. Dorrance, Kevin Kavanaugh y James F. Truesdale. Por último, el vestuario tanto del ejército norteamericano, como el vietnamita, asó como el de las mujeres de los soldados fue de Michael T. Boyd. 
La película está interpretada por Mel Gibson ( Lt. Col., aquí el Coronel Hal Moore), Madeleine Stowe (Julie Moore), Greg Kinnear (Maj. Bruce 'Snake' Crandall), Sam Elliott (Sgt. Maj. Basil L. Plumley), Chris Klein (2nd Lt. Jack Geoghegan), Keri Russell (Barbara Geoghegan), Barry Pepper (Joseph L. Galloway), Don Duong (Lt. Col. Nguyen Huu An), Ryan Hurst (Sgt. Ernie Savage), Devon Werkheiser (1st Lt. Charlie Hastings), Marc Blucas (2nd Lt. Henry Herrick), Josh Daugherty (Sp4 Robert Ouellette), Jsu García (Capt. Tony Nadal), Jon Hamm (Capt. Matt Dillon), Clark Gregg (Capt. Tom Metsker), Dylan Walsh (Capt. Robert Edwards) y Mark McCracken (Capt. Ed "Too Tall" Freeman).
En plena guerra del Vietnam, el coronel Hal Moore (Mel Gibson) y sus soldados (unos 400 hombres) aterrizaron en noviembre de 1965 en una región conocida como "El valle de la muerte". Allí fueron recibidos por más de 2.000 soldados del Vietcong, desencadenándose una de las batallas más feroces de la guerra. 
La historia real transcurrió así. La película se centra en la batalla del Valle de Drang, la primera batalla convencional que libraban las tropas de Estados Unidos contra el ejército de Vietnam del Norte y la fuerza principal del Vietcong. También fue la más sangrienta hasta ese momento y la última en la que tropas insurgentes tomaron parte contra los norteamericanos de forma convencional. La batalla se libró entre tropas de infantería, la del 7º de Caballería - el del general Custer- con apoyo aéreo y artillería, como la mayoría de las batallas de Vietnam. Se prolongó durante un mes registrándose duros combates, en muchos casos cuerpo a cuerpo tal y como se aprecia en la película.
El 14 de noviembre el coronel Brown decidió movilizar al Primer Batallón del Séptimo de Caballería (en ese entonces en la tercera Brigada de Combate, 1ª División de Caballería), al mando del teniente coronel Harold G Moore al valle del Ia Drang, en concreto a los pies del macizo Chu Pong, para localizar y destruir al grueso de las fuerzas vietnamitas que por el momento habían logrado evitar los combates. El batallón de Moore apenas contaba con 16 helicópteros de transporte y todo el apoyo artillero lo debían proporcionar las baterías de 105 mm colocadas en la Zona de Aterrizaje Falcon (ZAF), a 9 km de la zona Rayos X ("X" en el alfabeto fonético de la OTAN se deletrea Rayos X o X-Ray en inglés). Moore fijó la Zona Rayos X a 10 km al oeste de Plei Me para que los helicópteros no emplearan demasiado tiempo en regresar con refuerzos. La intervención que vemos en la película realmente tuvo lugar entre el 14-18 de noviembre de 1965. Rodeado de soldados enemigos, sin una zona clara de aterrizaje para helicópteros Huey que les permitieran salir, Moore logró perseverar, a pesar de la abrumadora superioridad enemiga su posición a sabiendas de que su unidad podía ser masacrada. A las 10:17 h del 14 de noviembre las baterías de la zona Falcon comenzaron a saturar la zona con un bombardeo de saturación. Por su parte los helicópteros disparaban la mitad de sus cohetes en los primeros 30 segundos. La compañía B fue la primera en aterrizar y asegurar el perímetro, la siguieron la A y la C. Pese a que en un principio la zona parecía tranquila pronto los vietnamitas comenzaron a disparar a hombres y helicópteros desde sus posiciones en la maleza y los montículos. El fuego fue tan fuerte que los norteamericanos tuvieron que quedarse en su zona de aterrizaje, una sección que se había adelantado fue rodeada por fuerzas vietnamitas y no pudo retroceder, Moore ordenó a los siguientes helicópteros que venían con la compañía D que no tomaran tierra para evitar ofrecer un blanco estático, los soldados debían saltar a tierra desde los aparatos, los vietnamitas lograron alcanzar varias máquinas, pese a no derribar ninguna; finalmente las compañías A y B retrocedieron y tuvieron que abandonar a su suerte a un sección de la compañía B que había quedado aislada en un cerro. Los pilotos de los helicópteros estaban desesperados al ver cómo debían permanecer posados más de lo imprescindible por la lentitud de algunos para saltar a tierra o para subir a todos los heridos. Un piloto recuerda así la tensión: Orange One, aborta el aterrizaje. El fuego en la ZA es muy intenso, decía un controlador desde la X-Ray. La patrulla Orange viró y nosotros seguimos. Por la radio no se oían más que gritos. Desde la ZA los pilotos de los dos aparatos decían que habían sido alcanzados. ¡Era un barullo impresionante! Finalmente oímos que Yellow One decía que despegaba y lo vimos entre el humo mientras las tripulaciones de los dos aparatos alcanzados subían en otros Huey. Un jefe de tripulación quedó allí, había muerto. Había otro piloto herido.
A las 13:30 los hombres del EVN habían conseguido arrinconar a los estadounidenses, hacer peligrosa la llegada de suministros y la evacuación de heridos y tenían a una sección en un cerro llena de muertos y heridos y a punto de caer. Sin embargo, la potencia de fuego de la artillería de Estados Unidos jugó un papel importante para impedir la catástrofe al frenar los ataques en masa lanzados por los vietnamitas y proteger con un muro de fuego a la perdida sección del cerro.
Pasadas las 13:00 el teniente coronel Moore y el coronel Brown ya eran conscientes de que aquella era una batalla importante y que los vietnamitas pretendían acabar con aquel batallón. Por esa razón se enviaron refuerzos, pero no lo hicieron hasta las 18:00, cuando otra compañía del Segundo batallón, la B, aterrizaba en la Zona Rayos X. A esa hora el fuego intenso que habían mantenido los vietnamitas estaba cesando y la preocupación radicaba en socorrer a la sección aislada. Se sabía que había perdido a 12 hombres, otros 8 estaban heridos y sólo siete se mantenían firmes. La noche permaneció relativamente tranquila - aunque en la película vemos los ataques sufridos por el destacamento- y al amanecer se comprobó lo intenso de los combates. El cuerpo de un oficial aparecía rodeado de cinco miembros del EVN, otro cuerpo aún aferraba con las manos el cuello de un vietnamita muerto, aparecían por doquier vendas manchadas ensangrentadas, lo que daba idea de la gran cantidad de heridos producidos.
Las incursiones aéreas continuaron con bombardeos de napalm y alto explosivo contra las posiciones y la retaguardia vietnamita. Pero esta vez los helicópteros contribuyeron más que antes disparando contra los regimientos del EVN sus cohetes de 70 mm y las minigun causando bajas a los defensores y desorganizando sus formaciones. Los ataques siguieron durante varias horas hasta que a las 10:00 del día 15 de noviembre la potencia de fuego desplegada había desalojado a los vietnamitas de sus posiciones. A las 12:00 llegó el relevo por parte del Segundo Batallón del Quinto de Caballería.
Un dicho de Moore era siempre hay alguna cosa más que puedes hacer para aumentar tus probabilidades de éxito, y esa idea , así como el valor mostrada por su unidad hizo el resto en un asombroso resultado. La proporción entre las víctimas del Ejército de Vietnam Norte y las bajas de los estadounidense fue de 4 a 1 en favor de los americanos.

En su primer compromiso importante en la guerra por parte de los EE.UU., Moore considera que el resultado de la batalla fue un empate, porque al final las fuerzas de los EE.UU., abandonaron el área, permitiendo que los norvietnamitas reafirmaran el control. Muchos consideran que esta temprana batalla fue un microcosmos de lo que sería la Guerra de Vietnam más tarde.
Moore que era conocido como "Pelo amarillo" por sus tropas en la Batalla de La Drang, por su cabello rubio y como un homenaje al teniente coronel George A. Custer, comandante de la misma unidad (7º de Caballería) en la Batalla de Little Big Horn poco menos de un siglo antes (25-26 de junio de 1876) y que en varias ocasiones general comentarios entre el teniente coronel y su subordinado. Sobre todo sobrevuuela la idea de desastre, vinulando el mismo a la muerte de un alto mando como Moore. Lo cierto es que en el último comentario en el campo de batalla entre los dos principales mandos señalan que, en ese caso, Custer es el militar norcoreano dado el número de fallecidos
En la página web de “labutaca.net” se nos informa al detalle cómo se gestó y se realizó “Cuando éramos soldados”. 
La historia que narraba el libro We Were Soldiers Once and Young, un éxito de ventas del teniente general (retirado) Harold G. Moore y del corresponsal de guerra civil Joseph L. Galloway, sobre la batalla de la zona X-Ray (valle de Ia Drang), conmovió al director y guionista Randall Wallace le animó a recrear en celuloide aquel emotivo homenaje a los héroes recreado por los hombres que allí lucharon y murieron. Randall Wallace recuerda que descubrió el libro en la librería de un aeropuerto de forma casual en 1993 ó 1994". Y que en el trascurso del vuelo lo leyó. Al bajarse recuerda que llamó a su agente y le dijo que quería escribir el guión. Al día siguiente se agente le comunicó que los autores no habían vendido los derechos cinematográficos y que no tenían especial interés en hacerlo". Wallace no se amilanó. Consiguió los datos de Moore y Galloway y los llamó directamente. Mel Gibson recuerda que Wallace tuvo que convencer a Moore y a Galloway, porque éstos exigían terminantemente que la película respetara el espíritu de la novela. Al final, los escritores se dejaron vencer por la personalidad y la sinceridad de Randall Wallace. Randall Wallace vió en el libro no sólo una historia bélica, sino también una historia de amor, de sacrificio y de liderazgo.
Wallace que ya había trabajado con Mel Gibson en Braveheart, no tuvo ninguna duda de que Gibson era el actor idóneo para incorporar a Moore. Antes de que empezara el rodaje, los actores pasaron dos semanas en Fort Benning (Georgia), donde en el año 1965 hizo instrucción la unidad del Ejército del Aire mandada por Moore. Aquí fue donde los actores conocieron a los personajes reales que iban a interpretar. En cuanto a Barry Pepper, el actor que da vida a Galloway, la experiencia emocional comenzó cuando leyó el guión. Aunque al principio Wallace le tenía destinado otro papel, Pepper cuenta que cuando leyó el guión decidió que quería interpretar al valiente reportero. Para preparar su personaje, Pepper explica que habló con el periodista sobre sus experiencias en el valle de Ia Drang. El caso de Galloway es especialmente insólito, porque empezó como civil y acabó combatiendo como un soldado más.

Pero antes de que Galloway aparezca en pantalla, entra en escena un destacado personaje que influyó en la vida de todos los jóvenes soldados. El personaje es el fiel segundo de Moore, el brigada Basil Plumley, interpretado por el veterano actor Sam Elliott y magistralmente doblado por Constantino Romero, - si no miras la pantalla es Clint Eastwood-. Elliot se centró en la relación que creo que mantuvo Plumley con sus hombres en el Ejército. Plumley era célebre en Fort Benning y seguramente fuera de sus confines. Cualquiera te dirá que su carrera fue de lo más distinguida e increíble.

A Wallace no le pasó inadvertido el vínculo que se había establecido entre los actores veteranos y los principiantes. "Los jóvenes del reparto tomaron a Sam y a Mel como ejemplo", observa Wallace. La relación entre los jóvenes y los mayores empezó a establecerse en Fort Benning, donde Wallace reclutó a su tropa cinematográfica y los mandó a un campo de instrucción de reclutas dirigido por el cuerpo de élite del Ejército, los célebres Rangers. Wallace fue el primero en dar ejemplo sometiéndose a dos semanas de instrucción con los Rangers, al tiempo que se documentaba y escribía el guión. Era el único civil en un batallón de Rangers recién reclutados y con ellos se sometió a un repaso de todo lo que los reclutas habían aprendido, al final del cual recibió el título de Ranger de honor. Los actores se alojaron en la Bachelor's Officers Quarters (Sección de Oficiales Solteros), un campus con pretensiones donde los Rangers, al mando del capitán Chip Colbert y del ex Ranger Jay Powell, los sacaban de la cama todas las mañanas al amanecer. Luego montaban en un autobús escolar color verde militar y se dirigían al campo de instrucción. Aunque tanto Gibson como Elliott aseguran que su instrucción, la instrucción de los famosos, no fue el suplicio que sufren los Rangers en la vida real, ambos coinciden en que la experiencia valió la pena.
Gran importancia en la batalla, no tanta en la película, tuvo el comandante Bruce Crandall, interpretado por Greg Kinnear. Crandall en la vida real era una persona muy dinámica, que no se limitaba al cumplimiento del deber y que hizo hazañas extraordinarias", explica Kinnear. "La situación del valle de Ia Drang se puso mucho más peliaguda de lo que esperaban, y se quedaron sin munición casi de inmediato. Para un piloto de helicóptero en lo que llaman una zona caliente ésta es una situación muy peligrosa, porque aterrizar bajo el fuego ya es bastante peligroso, pero hacerlo con munición a bordo es peor. El comandante Bruce Crandall y su compañero, el capitán Ed Freeman, hicieron ese viaje infinidad de veces para surtir a las tropas del teniente coronel Moore. Y a la vez se iban llevando heridos. El equipo de evacuación médica que atendía esta batalla tenía que seguir la norma general de que, hasta que no hubiera cinco minutos de verde, es decir, cinco minutos sin fuego, no se podía entrar. Pero alguien tenía que entrar para sacar a los heridos, y como los de evacuación no entraban, entró Bruce Crandall".
En pro del realismo, la mayor parte de los combates se rodaron en campo, con muy pocos efectos visuales de posproducción. Esto significa que los actores saltaron realmente sobre el campo de batalla desde helicópteros que los iban soltando sobre el set de rodaje, mientras una multitud de figurantes, que hacían de soldados norvietnamitas, los atacaban desde la ladera.
El director de fotografía Dean Semler filmó la película en estilo cinéma verité, con el fin de dar al público una visión realista, tanto física como emocionalmente, de la batalla librada en la zona LZ X-Ray del valle de Ia Drang. "Optamos por una fotografía documental, lo más cruda posible", cuenta Semler. "Nuestra intención era que las imágenes no fueran siempre impecables. Queríamos reflejar la confusión; por ejemplo, queríamos seguir a un soldado después de ser alcanzado, verle caer fuera de cuadro. Es un estilo mucho más arriesgado y sutil". Este estilo se ve en múltiples ocasiones con imágenes en cámara lenta, especialmente durante los tiroteos, en la línea creada por Sam Peckimpah y que continuará más tarde Walter Hill.
Como el rodaje se desarrolló principalmente en exteriores, Semler acostumbraba a utilizar un mínimo de cuatro cámaras, y a veces hasta once, con el fin de registrar la acción antes de que bajara o saliera el sol. Esto suponía desplegar a sus equipos de cámaras por todo el campo, en todo tipo de posiciones, en lo más alto de una plataforma o en el fondo de un hoyo improvisado. El set se convirtió en una auténtica zona caliente para los técnicos, que trabajaron en medio de descargas de artillería y disparos controlados a modo de desgargas de napalm, imágenes espectaculares en su luz y terribles en sus efectos. Además, los encargados de efectos se encargaban de extender cada cierto tiempo una desagradable sustancia viscosa llamada "Fuller's Earth", que representaba el brumoso paisaje de la guerra. Por ello, los operadores y auxiliares de cámara llevaban sus propios uniformes, con modernas mascarillas de humo tapándoles la boca, gafas protectoras en los ojos, y muchas veces, cuando la refriega se ponía demasiado intensa o estaba demasiado cerca, rodaban detrás de una fina lámina de plástico protector.
El equipo empezó a rodar en la primavera de 2001 en Fort Benning, el lugar donde nació la unidad del Aire mandada por Hal Moore. Con Mel Gibson a la cabeza, la tropa de actores rodó las escenas donde los soldados se entrenan para el combate y se despiden de sus mujeres y familiares, igual que había hecho en su momento el Primer Batallón del Séptimo de Caballería. Al cabo de tres semanas de rodaje en Fort Benning, el equipo se trasladó a Fort Hunter Liggett (California central), que hizo las veces de Vietnam. A primera vista la región, una vasta extensión de colinas, árboles de hoja caduca y ríos caudalosos, era la antítesis de la imagen selvática que se suele asociar con Vietnam. Pero el valle de Ia Drang está en el interior del país, una zona hecha de maleza y muy poca vegetación, y según el teniente general Moore y Joe Galloway, el terreno de Fort Hunter Liggett era muy similar al escenario de sus batallas. El diseñador de producción Tom Sanders, que ha trabajado en producciones como Braveheart y Salvar al soldado Ryan, pasó varios días con Moore y Galloway, y apoyándose en la información que estos le dieron, los documentos fílmicos de la batalla auténtica y fotografías, encontró la localización que albergó al equipo técnico y artístico entre los meses de abril y julio de 2001. 
He visto en la Wiki que «Cuando éramos soldados» ha sido considerada como una de las pocas películas —junto a «Los boinas verdes (1968)» de John Wayne—, que ofrece la intervención como una necesidad en defensa de la libertad y sobre todo una muestra de patriotismo presente en las últimas palabras del Teniente Herrick a su muerte: «Estoy orgulloso de morir por mi país». No obstante, la película tiene la virtud de no demonizar a los vietnamitas, presentando el ejército de Vietnam del Norte como un opositor capaz y valiente, y concluyendo con una declaración de que los soldados estadounidenses no lucharon por su país, sino que los hicieron por sus compañeros de armas, sus “Brothers in arms”. Por otro lado, en el final se aprecia como los soldados americanos nunca fueron recibidos como héroes, a diferencia del reconocimiento que habían obtenido sus padres en la SGM, o sus abuelos en la primera. Algunos ven las escenas del final de la película desde la perspectiva de un pacifista en su pintura del horror de la guerra, así como la imagen gráfica de la pérdida de vidas con el homenaje de todos los caídos. 
Sin embargo, la película en Estados Unidos tuvo unas críticas no especialmente lesivas. Uno de los críticos más reputados de los Estados Unidos, Roger Ebert del Chicago Sun-Times afirmaba que "Black Hawk Down fue criticada porque era difícil identificarte con los personajes. We Were Soldiers no tiene ese problema: en la tradición de Hollywood, identifica unos papeles clave, pone unas estrellas al frente de ellos, y cuenta sus historias. (...). En la misma línea fue presentada por Rene Rodríguez en el Miami Herald al afirmar que "Cuando éramos soldados se siente extrañamente irrelevante (...) bien interpretada y bien elaborada, pero es una intrascendente visita a un territorio tristemente familiar." Por último, Mick LaSalle en el San Francisco Chronicle afirmó que era "Una de las mejores películas bélicas de los últimos 20 años." 
En España la crítica fue especialmente dura, dado el espíritu antibelicista de muchos críticos, al igual que la de muchos espectadores lejanos a este conflicto, o con espíritu antinorteamericano. Destaca por su demoledora crítica Ángel Fdez. Santos en el Diario El País que dijo de forma contundente que era una "…Deleznable película (...) una ofensa al cine". 
Realmente estamos ante una película de acción, y así ha de verse con escenas de combates sin descanso y con gran realismo. En paralelo transcurre una película en familiar y principalmente en femenino, pues en la retaguardia esperan unas mujeres que luchan contra el destino de sus maridos en el campo de combate. Y lo hacen en soledad y, a veces, desde el abandono y la falta de tacto por parte del estado que envía los telegramas de defunciones con taxistas mandados por parte de un Gobierno sobrepasado por las circunstancias. 
Se trata de un film cubierto de realismo, con jóvenes inexpertos que terminan luchando por su propia supervivencia en vez de encontrarle el sentido de ser patriotas; y la irracionalidad intrínseca que todo acto bélico y que demuestra lo bestial que el ser humano puede llegar a ser en situaciones límites, matizado por la ansiedad y el agobio psicológico de las esposas y familiares de los combatientes que esperan las noticias de las batallas; el sentimentalismo de la mujer de Jack (Chris Klein) al sacar del sobre la pulsera con el nombre de su hija pequeña y que recuperar el teniente coronel del cuerpo del militar o la de la mujer vietnamita, cuando lee las anotaciones de su esposo. El influjo de Mel Gibson (productor a través de su compañía Icon) en toda la película es enorme, empezando por su caracterización del personaje al que encarna como un hombre decidido, un buen padre de familia numerosa, un espíritu muy religioso que responde al modelo que el actor australiano quería trasmitir. 
La película está muy bien recreada desde los escenarios y las situaciones propias de la guerra, con mucho despliegue visual y lumínico, maquillajes y efectos sonoros realistas cercanos a los que vivieron en esa batallas, en todas las batallas. Aún recuerdo la imagen del helicóptero sobre la embajada americana en Saigón, pero uno, en sus trece años, no sabía lo que había sido esa guerra. Al fin y al cabo era un niño.

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